Son años de seguir al United para muchos de nosotros. Crecimos con los Beckham, Giggs, Scholes, un poco de Cantona, Neville y Butt. Con la garra de Keane y sus discusiones calientes con Patrick Viera. Vimos como Van Nistelrooy destrozaba las redes cuando quería. Lloramos, reímos, vimos como una joya portuguesa se pulía poco a poco hasta volverse la corona Real de otro equipo. Vimos años y años de rotación, en los cuales JAMÁS se repetía un 11. Fuimos testigos de innumerables celebraciones, de incontables remontadas que arrancaron nuestros más grandes gritos. Vimos llegar e irse cracks, jugadores fabulosos que no respondieron a las expectativas y fichajes de perfil bajo con gran resultado. Vios todo y gozamos mucho, más que cualquier aficionado. El mensaje de la banca era muy claro: VAMOS A GANAR. SOMOS EL MANCHESTER UNITED
El común denominador de todos estos años se llama el efecto Sir Alex Ferguson. Controvertido, frontal, un hombre que odiaba perder y que tenía clarísimo que el equipo estaba por encima de todas las cosas. Frío con sus enemigos, calculador y a veces irrespetuoso, Fergie hizo de Old Trafford una fortaleza absoluta, hizo que el Teatro de los Sueños fuera el Teatro de las Pesadillas para todo aquel que osaba meterse ahí. Hay algo que nadie puede negar, el United con el que crecimos nunca perdía un partido faltando aunque sea un minuto, los perdía una vez sonaba el pitazo final. Siempre que había tiempo, el Manchester United podía dar vuelta al marcador. El miedo se apoderaba de los rivales. Pero el tiempo es inexorable y nada es esterno, hemos tenido que despedirnos de SAF y vivir el duelo correspondiente, sin embargo hay algo que no se negocia: la escencia y la bravura de los Diablos Rojos, que hoy brilla por su ausencia. Pareciera que ese “turbo” extra que tenían los jugadores en épocas recientes se ha esfumado, y es francamente triste las tomas a la banca donde hay una resignación prohibida para la categoría de este club
Moyes debe entender, que a pesar de la dificultar de suceder a un hombre eterno como SAF, tiene que mandar DIFERENTES mensajes desde la banca. No puede tener el gesto de un niño que no encuentra a su mamá en el supermercado. Debe simple y llanamente mandar otro mensaje. No puede, no debe guardarse cambios. No puede y absolutamente no debe dar un partido por perdido NUNCA; estamos hablando del Manchester United no del equipo que se junta para jugar la liga de solteros vs casados. El manager, en este caso David Moyes, debe ser el primero en estar seguro que la situación se arreglará y debe tener una buena autocrítica a su pobre selección de jugadores y cambios. Lo sé, el bajo nivel de algunos y las lesiones no son su responsabilidad, pero su actitud y lo que él transmite, sí.
No todo está perdido, la temporada aún es joven y el mercado de pases está abierto. Moyes deberá comenzar a darse cuenta de que dónde está parado cuenta mucho lo que él transmita desde la banca. El miércoles tiene una oportunidad de oro, la chance de dar vuelta a una eliminatoria en casa y de enfrentar e “los vecinos ruidosos” en una final. Sé y todos estamos muy concientes de lo horrible de la temporada hasta el momento y que hay poco que rescatar, pero a mi me gusta ver el vaso medio lleno: estas temporadas sirven para que se vayan los posudos y quedemos los que verdaderamente amamos al equipo.
Eduardo Saracho
@saracho_
El común denominador de todos estos años se llama el efecto Sir Alex Ferguson. Controvertido, frontal, un hombre que odiaba perder y que tenía clarísimo que el equipo estaba por encima de todas las cosas. Frío con sus enemigos, calculador y a veces irrespetuoso, Fergie hizo de Old Trafford una fortaleza absoluta, hizo que el Teatro de los Sueños fuera el Teatro de las Pesadillas para todo aquel que osaba meterse ahí. Hay algo que nadie puede negar, el United con el que crecimos nunca perdía un partido faltando aunque sea un minuto, los perdía una vez sonaba el pitazo final. Siempre que había tiempo, el Manchester United podía dar vuelta al marcador. El miedo se apoderaba de los rivales. Pero el tiempo es inexorable y nada es esterno, hemos tenido que despedirnos de SAF y vivir el duelo correspondiente, sin embargo hay algo que no se negocia: la escencia y la bravura de los Diablos Rojos, que hoy brilla por su ausencia. Pareciera que ese “turbo” extra que tenían los jugadores en épocas recientes se ha esfumado, y es francamente triste las tomas a la banca donde hay una resignación prohibida para la categoría de este club
Moyes debe entender, que a pesar de la dificultar de suceder a un hombre eterno como SAF, tiene que mandar DIFERENTES mensajes desde la banca. No puede tener el gesto de un niño que no encuentra a su mamá en el supermercado. Debe simple y llanamente mandar otro mensaje. No puede, no debe guardarse cambios. No puede y absolutamente no debe dar un partido por perdido NUNCA; estamos hablando del Manchester United no del equipo que se junta para jugar la liga de solteros vs casados. El manager, en este caso David Moyes, debe ser el primero en estar seguro que la situación se arreglará y debe tener una buena autocrítica a su pobre selección de jugadores y cambios. Lo sé, el bajo nivel de algunos y las lesiones no son su responsabilidad, pero su actitud y lo que él transmite, sí.
No todo está perdido, la temporada aún es joven y el mercado de pases está abierto. Moyes deberá comenzar a darse cuenta de que dónde está parado cuenta mucho lo que él transmita desde la banca. El miércoles tiene una oportunidad de oro, la chance de dar vuelta a una eliminatoria en casa y de enfrentar e “los vecinos ruidosos” en una final. Sé y todos estamos muy concientes de lo horrible de la temporada hasta el momento y que hay poco que rescatar, pero a mi me gusta ver el vaso medio lleno: estas temporadas sirven para que se vayan los posudos y quedemos los que verdaderamente amamos al equipo.
Eduardo Saracho
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