OPINIÓN: No se entiende

El Manchester United de José Mourinho no sigue una evolución lógica. Está en un sube y baja constante en el que combina buenas y malas actuaciones, con poco tiempo entre una y otra, y tampoco logra una regularidad en cuanto a los resultados obtenidos. En los 18 partidos oficiales de la temporada, acumula 10 partidos ganados, 5 perdidos y 3 empates, estuvo 37 días sin ganar en la Premier League y con dificultades para convertir.

Foto: AFP

Cada partido es una incógnita. No se sabe si se verá a un Manchester United que dominará el juego, como pasó el fin de semana pasado en Gales o en algunos partidos de local. Tampoco se puede asegurar que es un equipo confiable porque no es capaz de sostener un rendimiento todo el partido. No sabemos si está preparado para superar a rivales inferiores que se agrupan cerca de su área y dejan pocos espacios, como Hull, Watford, Stoke, Zorya Luhansk o Burnley. Menos aún se puede afirmar que se hace fuerte y se impone ante equipos que le plantean un juego de igual a igual y le disputan la pelota y el terreno, como lo hicieron Manchester City, Chelsea y Liverpool. 

Manchester United no brinda seguridades en ningún aspecto del juego. No tiene identidad. Mourinho no pudo encontrar el equipo y se la pasó haciendo experimentos. Fellaini comenzó de titular y en un buen nivel, incluso, el entrenador alardeó con haber hecho una llamada telefónica que podía ser una inyección de confianza para el futbolista. Sin embargo, lo cambió de posición porque llegó Pogba, y tuvo un rol más defensivo. Allí no se mostró cómodo el belga, sus actuaciones comenzaron a bajar hasta que se sentó en el banco de suplentes. Contra Swansea, Fellaini volvió a jugar de Fellaini, suelto, por delante de Carrick, y, otra vez, cumplió. 

Siguieron los inventos: el reemplazante de Marouane fue Ander Herrera, el gran acierto del entrenador. El español, el más sudamericano de todos los europeos del plantel, se ubicó en esa labor más cerca de los defensores propios que del arco rival, y lo hizo muy bien. Fue ganando su lugar hasta convertirse en indiscutido. No se sabe si fue improvisación o convencimiento porque el director técnico nunca lo ensayó en la pretemporada.

Mourinho dice que le gusta tener especialistas y sólo dos o tres jugadores para varias funciones. Schneiderlin y Carrick parecían los más indicados para esa tarea, pero el portugués entiende que El Comandante no puede jugar todos los partidos por su edad y del francés no se recuerdan dos partidos buenos desde que llegó al club. Entonces, Herrera y Fellaini se reinventaron allí. Pero los cambios de posiciones no se detuvieron: Blind ocupó tres de los cuatro puestos de la defensa; Rashford, delantero por naturaleza, jugó de extremo derecho y, a veces, por izquierda. Como extremos por la izquierda, vimos, además de Marcus, a Martial, Young, Mkhitaryan (lo poco que jugó), Lingard y Rooney. 
Foto: Getty Images

En la defensa, siguió esa sintonía: ante la necesidad por la lesión de Antonio Valencia, Mourinho dijo que había preparado a Darmian para hacerse del carril derecho, pero al partido siguiente lo pasó a la otra banda y eligió a Young por delante de Fosu-Mensah, a quien considera también como lateral. Sin Bailly ni Smalling, optó por una pareja de centrales zurdos (Blind y Rojo) sin priorizar, otra vez, la presencia del diestro holandés, acostumbrado a jugar ahí. 

Dentro de la irregularidad de los rendimientos individuales y colectivos, se encuentran algunas buenas actuaciones que no se explican desde la lógica de un equipo que crece partido a partido, como suele suceder en el fútbol. Dos penales abrieron la goleada contra Fenerbahce en Old Trafford, pero el resultado fue mentiroso: le sobró lo que le suele faltar, que es contundencia, y le faltó lo que suele tener, las ocasiones de gol. Con una postura similar, el United fue a Stamford Bridge y recibió un baile por parte de Chelsea. Lo curioso es que tres días después, sin entrenamientos ni tiempo para trabajar sobre los errores, eliminó con autoridad a Manchester City de la EFL Cup, casi sin cometer errores. ¿Cómo se explica? Nadie sabe.

Algo similar ocurrió después de la caída en Turquía el jueves pasado, en la noche de Europa League. Al domingo siguiente, luego de tener poco tiempo para entrenar y preparar el encuentro, José Mourinho puso un equipo que parecía lento y con varios jugadores afuera de sus posiciones naturales. Al portugués le salió bien la apuesta, su equipo ganó caminando el partido contra un apático y desganado Swansea, y varios cuestionados levantaron su nivel. En la previa, viendo el once titular que saldría a jugar en una cancha siempre complicada para los Diablos Rojos, nadie podía anticipar el resultado ni el rendimiento, que fue de los mejores de la temporada. 

Lo que intenta hacer el Manchester United no se entiende. Los constantes cambios no hacen más que confundir. Podrá funcionar o no, pero los intérpretes no logran determinar cuál debe ser la idea de juego, ni al revés. Se buscaron más culpables (Fellaini, Rooney, Ibrahimovic, Pogba) que razones para explicar el momento actual porque es lo más sencillo. El United necesita tomar con cautela las victorias que obtiene, lograr jugar una serie de partidos en un nivel parejo y conseguir que los resultados sean una consecuencia de una evolución progresiva del equipo.


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About Alan Jacoby

Periodista integral y deportivo. Argentino

1 comentarios :

  1. Jorge Alvarez (Nicaragua)1 de diciembre de 2016, 0:56

    Este post me ha sacado las lagrimas!, soy fan del man u desde los 7 años de edad, he visto varios jugadores Que Han sido idolos para el equipo como ole, Giggs, Keane, etc; he visto sus retiros, algunos del futbol, otros del club, pero creo Que jamas me pasara mas el retiro de un jugador ha como me pesara el de Basti, aunque no ha estado mucho tiempo con nosotros, ha sabido ganar nuestro respeto y cariño!, grande Basti, eres grande!

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