OPINIÓN: Rezarle a San De Gea

Alan Jacoby || RDU.- El Manchester United se trajo tres puntos fantásticos de Londres, no caben dudas. El problema es que no sabe cómo hizo para ganarle al Arsenal, que dominó el partido, casi sin rematar al arco. El United no jugó bien, casi no atacó y pudo haber convertido tres goles. Los Gunners, por su parte, tuvieron nueve remates al arco. Sólo uno de ellos fue gol porque era inatajable. ¿Cómo se explica? Sencillo, un equipo tiene a De Gea y el otro no.

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El Arsenal tenía la posesión y el control del partido en el arranque. Louis van Gaal dispuso una línea de cinco defensores, dos volantes centrales, y tres delanteros que quedaron completamente aislados del juego, con la intención de frenar el avance rival y sorprenderlo de contra, exponiendo sus debilidades. Más defensores no significa defender mejor. Los primeros 20 minutos fueron de sufrimiento y eran más los que atacaban que los que resistían. Blackett estaba distraído, Smalling, inseguro. A Valencia se lo veía perdido, Shaw salía lesionado y McNair tenía que cubrir los huecos que había en el fondo. Carrick y Fellaini tenían mucho espacio para cubrir y no daban abasto. No frenaban a los mediocampistas y el gol del Arsenal se veía venir.

Pero el Manchester United tiene a David De Gea que hace la diferencia. La actuación del español fue una nueva muestra del momento por el que está pasando. Tapó todo lo que podía tapar. Tuvieron que pasar 95 minutos para que le conviertan. Giroud clavó la pelota casi en el ángulo, parecía la única forma de vencer su resistencia, con un tiro inatajable. El español tuvo otra noche consagratoria, sumó un nuevo partido importante en el que se destaca.

Por De Gea y también errores en la definición, Arsenal desperdició su momento en el partido. Y el United, en la primera que tuvo, fue efectivo. “Los goles no se merecen, se hacen”, frase vieja del fútbol. La ventaja no llegó con una jugada elaborada, sino todo lo contrario. De Gea sacó del arco, siguieron un par de rebotes, Young tiró el centro, Gibbs chocó y lesionó a su arquero, y después desvió hacia su arco el remate de Valencia que se iba afuera. Completito Kieran. El United ganaba sin rematar al arco.

El gol de Rooney y el mano a mano que tuvo Di María para el tercer tanto fueron consecuencia de un equipo que estaba jugado en ataque para buscar el empate y quedó desamparado en defensa. Antes de liquidar el resultado, los de van Gaal estuvieron acorralados en el área propia aguantando el resultado. Con el equipo cada vez más retrasado, los centrales empezaron a crecer. De Gea era cada vez más gigante. Fue la figura del partido por escándalo.

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Lo del United no fue nada bueno. Un equipo desconectado, largo, impreciso, aburrido. Se concentró más en anular al rival que en explotar las virtudes propias. Y no lo logró. El Arsenal fue mucho más y mereció mejor suerte. El poco peligro que generó el Manchester en el arco rival fue por jugadas aisladas e individuales. Di María y Rooney son la esperanza de este equipo en ataque. Fellaini es el equilibrio. De Gea es el salvador. El resto deberá seguir rindiendo examen todas las semanas. Lo importante es que se superó la seguidilla Chelsea-City-Crystal Palace-Arsenal con siete puntos, que pudieron ser más si Smalling no se hacía expulsar en Etihad, y el equipo se animaba un poco más ante el puntero.

Habrá que conformarse con la victoria, la primera en condición de visitante. El rendimiento esperado aparecerá a medida que vayan pasando los partidos, que van Gaal sume horas de trabajo y vaya recuperando a los lesionados. Por ahora, lo que sirve siempre es sumar de a tres. Siempre se trabaja mejor después de ganar, el ánimo es otro, y más después de un clásico. Hasta que ese funcionamiento colectivo no aparezca y sea una constante, habrá que rezarle todos los fines de semana a San De Gea.

Sobre el autor:
Alan Jacoby. Periodista integral y deportivo. Argentino.