Derrota y chance desperdiciada

Florencia Bernasconi | RDU.- Manchester United cayó esta tarde ante Swansea por 2 a 1 en el Liberty Stadium por la vigesimosexta fecha de la Premier League.

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Cientos de hinchas de Manchester United emprendieron viaje hacia Gales para alentar a su equipo en una nueva jornada del torneo doméstico. Se hicieron escuchar durante la totalidad del encuentro y volvieron a sacudir las gradas con su nueva canción, “Oh what a night”, la cual rememora la victoria conseguida ante Bayern Munich en la final de la Champions League de 1999. En resumen, ofrecieron un show fantástico y disfrutaron del partido. Pero... ¿qué propusieron los futbolistas dentro del campo de juego?

Durante el primer tiempo, Manchester United se mostró algo nervioso, preocupado. No hace falta mencionar que se encuentra peleando por acabar dentro de los primeros cuatro del torneo... Expuso sus falencias defensivas nuevamente, las cuales se agravaron en el juego aéreo. Tales fueron las equivocaciones que Ander Herrera, vestido de salvavidas, tuvo que rechazar una pelota en la línea del arco de David De Gea.

Swansea aprovechó la intranquilidad de los Red Devils y comenzó a presionarlos sin piedad: buscó por arriba, aunque este no sea su fuerte, con Bafétimbi Gomis, y luego lo hizo por la banda izquierda. De todas formas, el empuje constante del local no iba a perdurar demasiado.

A los 27 minutos, luego de una larga serie de centros sin destino por parte de Ángel Di María, Manchester United consiguió algo que parecía imposible: abrir el marcador. Los dirigidos por van Gaal trabajaron una pelota de manera inteligente y precisa, sin sobresaltos; Ander Herrera la recibió en una zona estratégica y, dejando atrás el temor de los primeros minutos, sacó un derechazo rasante hacia el segundo palo del arquero Fabiański, quien no tuvo nada que hacer. La grada explotó y la alegría del gol contagió tanto a hinchas como a jugadores. Pero, para desgracia del grupo, esta victoria parcial iba a durar poco...

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Un minuto más tarde, Ki Sung-Yong, verdugo de Manchester United en Old Trafford, volvió a revivir lo ocurrido en aquel escenario: recibió un centro dentro del área con comodidad, ya que prácticamente se encontraba sin marca, y remató a gol, colocando a su equipo nuevamente dentro del partido. David De Gea, claramente, no pudo contrarrestar de ninguna forma este ataque.

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Tras el empate, Swansea cedió terreno. Y Manchester United, con mayor actitud y decisión, lo atacó hasta los últimos segundos del primer tiempo. Sin embargo, la falta de ideas concretas llevó a Di María a recurrir a los centros sin destino que tanto enloquecen (en el mal sentido de la palabra) a los fanáticos.

Al término de la primera mitad, Louis van Gaal tomó una determinación acertada pero peligrosa: salir a buscar la victoria. Como producto de esta elección, sustituyó a Paddy McNair por Antonio Valencia, un jugador más veloz y categórico.

Durante el segundo tiempo, Manchester United dejó en claro sus ganas de llevarse los tres puntos a Old Trafford: dominó el balón, no se cansó de buscar espacios y realizó cambios ofensivos. Pero, como a veces el fútbol es injusto, castiga al que más se esfuerza...

A los 72 minutos de juego, Jonjo Shelvey (ex Liverpool), sorprendió a todos con un fuerte remate que, desviado por un rebote, ingresó en el arco de David De Gea. Gracias a la fortuna y la tentativa del inglés, Swansea se colocó al frente de un encuentro que parecía casi perdido.

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Tras este gol, los Red Devils procuraron reponerse del golpe y lo hicieron. Indagaron por todos los rincones del campo, recurrieron al juego aéreo e intentaron por debajo. Pero nada pudo revertir la situación.

El partido acabó recompensando al equipo que menos se sacrificó con un nuevo triunfo.

Quizás esta sea la única manera de que van Gaal recapacite y retome la forma de juego que el mundo conoce, la que hizo famoso a este club. Porque los jugadores... dejaron el alma como siempre.

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