Comienza
la semana y la estresante rutina del día a día se apodera de nosotros, ya sea
trabajando o estudiando; andamos de aquí para allá y de allá para acá, no
tenemos tiempo para pensar en otra cosa que no sean nuestros deberes y responsabilidades.
Pero siempre habrá un momento en el día o ya sea un instante de meditación en el que nos detendremos a pensar, en el fin de semana y en nuestro tiempo libre, en ese momento es donde la vida comienza a tomar sentido. Los planes que hagas para tu tiempo de ocio dependen de ti, pero si eres de los que asiduamente esperan con ansias que llegue ése final de semana para ver una jornada de fútbol, eres de los míos, de los amantes del fútbol.
Pero siempre habrá un momento en el día o ya sea un instante de meditación en el que nos detendremos a pensar, en el fin de semana y en nuestro tiempo libre, en ese momento es donde la vida comienza a tomar sentido. Los planes que hagas para tu tiempo de ocio dependen de ti, pero si eres de los que asiduamente esperan con ansias que llegue ése final de semana para ver una jornada de fútbol, eres de los míos, de los amantes del fútbol.
Es que la vida no sería lo mismo sin el fútbol, y como fanáticos del fútbol habrán equipos con los que simpaticemos o con los que gritemos sus goles; pero sólo un equipo se apoderará por completo de nuestro corazón, un equipo que sin importar las adversidades y los duros momentos por los que atraviese, seguimos ahí apoyándolos, un equipo en el que depositamos toda nuestra fe y demostramos nuestra confianza hacia el mismo. Cuando eso sucede es porque sientes amor por una camiseta y un escudo, que al ser seres humanos con libre albedrío elegimos y respetamos.
En mi caso, ése equipo al
cual amo es al Manchester United; pero ¿cómo surgió esa afición por ese club?
Todo
comenzó cuando vi por primera vez un partido de fútbol profesional a nivel de
clubes (ya había seguido en parte el Mundial de fútbol 2002), el duelo era
Manchester United vs Real Madrid en la edición de Champions 2002/03. Presencié
el encuentro con un primo (mayor que yo por cierto) que apoyaba a el Real
Madrid, y yo, por no apoyar al mismo elegí al club que vestía de rojo. Terminó
el encuentro 4-3 y el resultado terminó clasificando a los “merengues”, pero a
mis 8 años, mi razonamiento futbolístico
no era el mejor, jugadores como David Beckham y Ruud Van Nistelrooy llamaron
poderosamente mi atención por la manera en la que jugaban.
No fue hasta 3 años más
tarde, que mi afición por el fútbol fue
creciendo y en la temporada 2006/07 decidí seguir asiduamente a ese club que
por primera vez apoyé, el Manchester United.
Paradójicamente
me hice fan de uno de los clubes más ganadores del mundo, y como hincha
relativamente “nuevo” del United los vi alzarse con todos los títulos que un
club de fútbol soñaría con tener en su palmarés: Ligas Premier, Super Copas de
la liga (Community Shield), Copas de la Liga, Liga de Campeones (UEFA Champions
League) y un Mundial de Clubes de la FIFA.
En
cierto modo Sir Alex Ferguson y sus jugadores nos “mal acostumbraron”, ya que
teníamos que ganar siempre un título y hacer buenas actuaciones a nivel Europeo
o si no la temporada sería considerada como un “fracaso”, sí, Sir Alex dejó el
listón muy alto.
Pero
había algo que me dejaba intranquilo, algo que me hacía dudar de mi amor y fidelidad
hacia la institución que seguía; hasta que surgió una pregunta retórica ¿cómo sé que de verdad soy un red devil si
nunca los he presenciado en sus peores momentos?, las peorcitas campañas
que presencié era cuando el club quedaba en la segunda posición en la tabla de
clasificación de la liga Premier o cuando no se obtenía ningún título
importante.
En
cierto modo veía a clubes de media tabla que sus únicas aspiraciones eran
permanecer en la Premier League y que tenían años que no veían un título, pero
sus fans permanecían allí alentándolos y apoyándolos fielmente a pesar de que
su equipo no les regalaba muchas “alegrías”.
Al ver esto me preguntaba ¿de
verdad soy tan leal como esos hinchas que no ven títulos y siguen alentando a
sus escuadras? y sí, llegué a sentir envidia de la adhesión y el fanatismo
de esos hinchas, ya que mi devoción nunca había sido puesta a prueba.
Hasta
ésta temporada, que no hace falta describir detalladamente lo que ha ocurrido;
un curso lleno de tropiezos y sin sabores, una campaña para el olvido…
La
época que marcó un antes y un después de la era Sir Alex Ferguson, para mí más allá del fracaso y los aspectos
negativos, respondió esas interrogantes que tenía pendientes.
Finalmente
mi observancia y la de millones de fans que como yo jóvenes, había sido puesta a prueba. Muchos
saltaron del barco cuando vieron que la tempestad azotaba más fuerte, pero
otros seguimos esperando con ilusión partido a partido a pesar de que el equipo
no se jugara nada en lo que iba del curso.
Por
fin había entendido lo que es el verdadero amor, amor es estar ahí, semana a semana, partido a partido
apoyando sólo con la ilusión de ver a tu equipo jugar.
Como
ejemplo de honradez y fidelidad pongo al
señor Ryan Giggs un “guerrero” de mil batallas, que en la última presentación
de los “red devils” como locales ésta campaña, nos mostró su lado humano y en
medio de lágrimas dedicó un discurso espectacular a Nemanja Vidic que se
despide del United y a todos aquellos seguidores del club que a pesar de todo
estamos apoyando, asegurándonos que el United volverá a ser lo que siempre fue…
Terminando
mi redacción me imagino que ustedes se preguntarán ¿por qué escribí acerca de cómo comenzó mi afición al United?
Es simple, las historias de lealtad y amor verdadero inician de manera
improvista, pero duran para siempre.
Porque
en las buenas te quiero y en las malas te amo más ¡Glory Glory Man United!
Por
: @EfrainValenz
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