La recién concluida campaña del Manchester United fue desastrosa, sin embargo nos ha otorgado momentos de tremenda emotividad como ya nos tiene acostumbrados a todos los que amamos este club. A pesar de establecer una serie de récords negativos y de ser privados de jugar la Champions League la temporada entrante, el United es tan grande que logra ponerte la piel de gallina y enamorarte cada año, cada mes, cada juego.
Cuando Ryan Giggs tomó el micrófono en el último encuentro de la temporada, nos recordó porqué amamos a esta institución. Sin una decisión clara sobre lo que iba a hacer, el galés, al borde del llanto, agradeció el apoyo incondicional, reiteró que el United siempre trata de agradar a sus millones de fanáticos y que volverían, que regresaría el verdadero Manchester United. Lo que no nos imaginábamos es que era la última vez que lo veríamos de pantaloncillo corto, al menos yo tenía la ilusión de verlo un año más. El más grande de la historia del club se ha retirado y entonces surge una corriente que pide darle todos los reconocimientos posibles y llegar al extremo de retirar la camiseta. No va por ahí, no se debe retirar la 11. Me explico más adelante.
He escuchado y leído múltiples frases y adjetivos para describir la carrera de Giggs. Leyenda, impresionante, único, Mr United, crack, irrepetible, etc. Todas muy acertadas. Pero creo que la mejor frase que leí hasta el momento la proporcionó otra integrante del Rincón del United, Ana Cruz Manjarrez (@ansapiens), “Giggs representa todo lo que amo del fútbol”, y creo que dio en el clavo. Profesionalismo, entrega, magia, liderazgo, éxito, amor a la camiseta. Todo lo tuvo Ryan, y de ahí que se haya comenzado con la petición de retirar su número 11, pero no debe ser así, por una sencilla razón: nos quedamos sin números.
Aunque Giggs sea el jugador con los mejores números y a la vista de la gran mayoría, el mejor jugador de la historia del club, el United puede jactarse de haber tenido incontables leyendas. Si hoy en día se pone en discusión la exclusión definitiva del dorsal 11, bien valdría preguntarse si no debió ocurrir lo mismo con la 7, con la 18, con la 2, etc. Si comenzamos a retirar números terminaremos jugando con los números 40 y 50 únicamente.
La tradición de retirar los números se da mucho en el deporte de los Estados Unidos, donde el rango de números es naturalmente mayor. En el fútbol está permitido también tener el número 87 si así lo consideras pertinente, pero no es algo común y le resta categoría a un club. No olvidemos que durante una copa del mundo solo pueden usarse los números del 1-23. En conclusión, no sería la idea más práctica retirar el dorsal 11, ya que podría desencadenar en muchas peticiones por retirar demás dorsales y se tendría que establecer parámetros que no dejaran lugar a dudas para poderse llevar a cabo cada vez.
Ryan Giggs merece todos los homenajes posibles, partido de despedida con todos sus amigos del fútbol, donde podremos gozar de otras leyendas despidiendo al inconmensurable Giggsy. Merece seguir en la institución como ya lo ha pactado. Merece que su nombre se coree cada que se levante de la banca, que su recuerdo permanezca grabado en la memoria a manera del levantamiento de una copa, o de una cabalgata rumbo al área del Arsenal. Ryan será eterno, no hay necesidad de retirar su número 11, mejor dejar el privilegio de portarla a nuevas caras que seguro sentirán el orgullo de traerla.
PD. Qué grande es Ryan Giggs
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