![]() |
Foto vía: Tycsports.com
|
Caracteriza a Ángel la capacidad de
hacer llegar al espectador esa sensación de que el caos sí puede ser
considerado una ordenada virtud. Endiablado desde nacimiento, con un regate que
parece desenfrenado y poco lúcido de equilibrio, el argentino ha logrado romper
todo tipo de barreras en su carrera, evolucionando como pocos jugadores:
naciendo desde un semillero experto en producir futbolistas desequilibrantes
pero en ocasiones limitados en su capacidad de evolución, Di María ha logrado
una y otra vez romper con los paradigmas que siempre lo vieron solo como un corre y centra. Ha sabido adaptarse y no
quedarse con su molde inicial.
Lo menos que se quiere es
desprestigiar a ese molde inicial,
porque de hecho, desde ahí fue desde donde el
fideo llamó la atención de los clubes europeos. Como era de esperar, el extremo
rosarino llegó al viejo continente y no dejó nada para la imaginación en términos de su
potencial. Tanto así que luego de su lindo trayecto por Benfica pasó al Real Madrid de Mourinho, donde ganó muchísimo
de un mentor que siempre procuró explotar sus mejores cualidades en banda en
conjunto a un instinto por recuperar el balón y presionar al rival
desenfrenadamente. Lo demás fue historia, hasta que la misma tomó otro giro:
llegaba Ancelotti.
Nuevamente fue, de a momentos,
menospreciado y llevado a un segundo plano gracias a todas las contrataciones
que concretó el club blanco ese verano. La llegada de Bale era sugerente de un
Di María como sexto hombre, pero el
argentino no planeaba lo mismo y no quería dejar extinguir su caótico –de a momentos
ansioso- fútbol, para lo que había que evolucionar.
Nunca existió una vicisitud
favorable para Ángel que no partiera a un 110% de su esfuerzo, y para antaño la
llegada de Ancelotti –y todo lo que conllevó- no iba a ser la excepción, por lo
que el ex Benfica apostó ciegamente en, de una u otra manera, conseguir su lugar
en el equipo –en términos futbolísticos-. Así fue: con una tendencia clarísima
por la BBC arriba, y con una
imperiosa necesidad a la presencia del dúo Modrić-Alonso –dueños de todos los
latifundios de la medular-, Di María terminó consiguiendo, paradójicamente con
su inicio de carrera, su rol más importante como interior, aprendiendo a pausar
cuando se tenía que pausar, pero rompiendo como mejor sabía. Reto superado.
Lo demás es, nuevamente, historia
para otro día, aunque básicamente no se quedaría corto resumirlo todo con el
alirón la décima, que no es para nada
poca cosa. Pese a esto, como siempre, las cosas se tornarían adversas para el
seleccionado celeste, que de nuevo divisaba un nuevo reto en la bahía, ahora
con Manchester y Old Trafford entre ceja y ceja.
Sin más, no tuvo el periplo deseado:
Louis, su técnico, después de tantos vaivenes consiguió entrelazar la mejor
versión de los diablos rojos sin Di
María, que para entonces estaba lesionado. Y eso fue ya a mediados de la
segunda vuelta, lo que da a entender de por si lo sufrido que fue el proceso de
búsqueda de identidad del Manchester, y obviamente, de el fideo para con el equipo.
Ahora, luego de cerrar la temporada
sin la posibilidad de jugar gracias a un Young –y el mismo Fellaini- en niveles
sorpresivamente monstruosos, Di María se enfoca a un 110%, como sabe hacer, en
dar la cara con la selección, mostrando lo que le puede significar para el United una vez
vuelva de la Copa América.
¿Según sus actuaciones en Argentina,
que le puede –y podrá- dar Ángel al Manchester United de la 2015-2016? Pues aparte de sus obvias
capacidades técnicas, que ya sacó a relucir en su primera temporada, Di María justamente en Argentina está pintando a ser
protagonista en un esquema similar al que usa el United, con automatismos que
podría adoptar el mismo equipo de van Gaal.
Sin sacar demasiadas conclusiones
del único tramo –el amistoso ante Bolivia- que tenemos hoy por hoy para evaluar
esta situación, se podría decir, a modo superficial, que ante la selección
verde se vio a un Di María muy entregado a recibir los trazos largos
que lo dejaban en superioridad ante su marcador en banda izquierda, trazos que llegaban
generalmente desde Garay, Pastore o Banega, y que pronto en la celeste seguramente llegaran a pies de Messi, e inclusive, que en el mismo Manchester
United podrían llegar desde derecha con la zurda de Mata. Ese rocanrolero movimiento de derecha a
izquierda que tantas alegrías le ha dado al Barça puede darle varias –con las
debidas diferencias- al United una
vez que Di María se encuentre en la mejor forma posible para ganar, como sabe
hacer, en los duelos individuales.
La cuestión es que consiga la forma
futbolística y física para sobreponerse a un Young que le da mucho ímpetu al
equipo desde su esa posición de winger zurdo.
Seguramente, si sigue como va, y con la selección como actual prioridad, Ángel logrará demostrar su versión más protagonista en estos días de
Copa América, lo que, solo quizás, consecuentemente a Van Gaal le podría dar un futbolista con ganas de darlo todo, y más, de cara a la temporada que se avecina.
Quién sabe, quizás por los galones de responsabilidad ofensiva que parece que
asumirá Di María en la selección con este nuevo Messi –más creativo que otra
cosa- permitirán al fideo dar cabida a
su versión más goleadora en Manchester, donde Lucho puede emular una que otra
cosa de la selección. Las intenciones ya parecen estar sobre la mesa, y ojalá –por
el bien del fútbol- se cumplan, sin embargo, todavía es pronto: esta premisa se
quedará, por ahora, en veremos.
0 comentarios :
Publicar un comentario
Recuerda seguirnos en twitter @RinconDelUnited