El interinato más largo del mundo, segunda parte

Nunca terminó de asumir en el puesto. Realmente pareció un eterno interinato porque Ole no supo tomar las decisiones que se pretenden de quien es la autoridad frente a un plantel. Tras un final de temporada en donde los titulares llegaron fundidos a la final con Villarreal, algunos lesionados y los suplentes sin ver minutos, la 2021-2022 comenzó con otra sensación. 

El DT, desde sus declaraciones, prometió más minutos para todos aquéllos. Donny van de Beek, Amad Diallo, Alex Telles, Anthony Martial, Juan Mata, Eric Bailly tuvieron aún menos participación. Siempre fue elogioso y agradeció la forma en que se entrenaban, pero no los ponía.

¿Eran la solución? No lo sabemos. Pero después de varios resultados negativos y con bajísimos niveles individuales, tampoco recurrió a ellos. Al club llegaron Cristiano Ronaldo, Varane y Sancho. Volvieron Dalot y Lingard. Con un plantel mejorado, empezó a fallar en lo que antes tenía claro: el 11 titular. Maguire y Shaw se llenaron de dudas y cayeron en reiterados errores. Wan-Bissaka nunca convenció. El doble cinco no tiene dueño. Linea de 4. Linea de 5. Dos delanteros. Uno y dos extremos. Dos mediapuntas y un delantero. Jamás logró solidez. 

Comenzaron los rumores. Cada derrota se hacía más pesada. Gary Neville, Paul Scholes, Roy Keane, Rio Ferdinand, todos ex compañeros de Solskjaer, se llenaron la boca de críticas en los medios de comunicación ingleses. Periodistas que cubren el día a día comenzaron a reportar quejas del vestuario sobre injustificadas titularidades de algunos, cuestionaron la capitanía de Maguire y pusieron en duda la capacidad del noruego para entrenar al equipo.

Se sostenía por ese atajo maravilloso llamado Cristiano Ronaldo. Un jugador de una jerarquía tal que te puede dar puntos a pesar del nivel futbolístico. En Champions rescató más de una vez al equipo, que corría serios riesgos de no clasificarse a octavos. Pero no se puede apelar siempre a la épica. Menos contra rivales de la jerarquía de Liverpool o Manchester City que se fueron a divertir a Old Trafford, mientras que Ole buscaba evitar ser goleado. 

Lo echaron tarde. Perdieron tiempo. El ciclo estaba cumplido. Los errores se repetían. Nos hacían los mismos goles que la temporada pasada. Los conceptos parecían confundirse. Y los directivos improvisaron. Moyes, Van Gaal y Mourinho se fueron pidiendo más tiempo, ese que a Ole pareció sobrarle. Decidieron extender la agonía porque no tenían un reemplazo. Nunca lo buscaron porque les resultaba barato. Acordaron su salida, pero no la de su cuerpo técnico, de quienes también se sembraron dudas.

El héroe de la Champions de 1999, ídolo del club para algunos, se fue pidiendo disculpas a los hinchas, sacándose fotos con los que fueron a saludarlo. En la entrevista de despedida que brindó se nota el amor que tiene por la institución. Ahora que se fue, no quedan dudas que nada borarrá lo que hizo como jugador. Con 5 derrotas en los últimos 7 partidos en Premier, una final perdida, desorden táctico y cero títulos, aún no es el peor entrenador de la era post Ferguson.

Fue demasiado. La prueba lo superó. El final fue inevitable. Un DT que desde lo discursivo trataba de dar la menor información posible se comenzó a contradecir incluso en ese aspecto, que lo había manejado bien hasta las últimas semanas. Solskjaer quedó expuesto. Tuvo la oportunidad de su vida. El Manchester United lo llamó y no estaba preparado.

Por @patojacoby


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About Alan Jacoby

Periodista integral y deportivo. Argentino

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