En la previa al Clásico entre Manchester United y Liverpool por la octava jornada de la actual temporada de la Premier League, en colaboración
para SKY Sport, Gary Neville reveló que para él esta rivalidad va más allá del
odio. A continuación, presentamos la traducción del texto del ex-jugador del
United.
Por 89 minutos los aficionados del Liverpool
que hicieron el viaje, estuvieron cantando cosas impropias sobre mí y mi madre.
Íbamos 0-0. Ganamos un tiro libre justo afuera del área del Liverpool. Ryan
Giggs se paró frente al balón.
En ese momento, tu mente, tu cuerpo, tu
atención alcanzan niveles superiores. Es diferente a lo que sientes cuando
enfrentas al Arsenal, al Chelsea o al City, al menos para mí, era diferente. Es
como una experiencia extra corpórea. La tensión que sientes es inmensa.
Es un partido que está en el fondo de tu
cabeza desde dos semanas antes, que ocupa tu mente por toda una semana y que a
los tres días te golpea justo de frente.
Si le ganas al Liverpool, ese será el mejor
día de la temporada. Si pierdes, va a ser lo peor.
Así que, al minuto 90, Giggsy está de frente
al balón, y todo lo que recuerdo es que centró al área chica. Rio Ferdinand
saltó y golpeó el balón para mandarlo al fondo de la red. El lugar explotó. Lo que
pasó después fue puro instinto.
Me volteé hacía los fans del Liverpool que
estaban en la esquina y mientras corría, sólo pensaba “voy por ellos”. Corrí
más de 60 metros y estaba fuera de mí. Cuando llegué a donde ellos estaban… Vi
directo las caras de esos fans que viajaron y que habían estado cantando por 89
minutos y por un instante se quedaron sin respuesta, completamente callados y
ese ha sido uno de los mejores momentos de mi vida.
La FA me multó con ₤5000 por mi festejo y las
pagaría de nuevo con mucho gusto.
En su momento, recuerdo que muchas personas me
dijeron que: “ese no es la manera en que un adulto de 30 años debería
comportarse”. Y estaban en lo correcto, pero, justamente, eso es lo que hace que
el fútbol sea algo tan mágico. Por 90 minutos puedes volver a ser un niño y
¿qué no es eso lo que todos soñamos y queremos?
Recuerdo cuando tenía cinco o seis años e iba
por la M60 con mi papá, me acuerdo de que miraba por la ventana, con mucha
impaciencia, y preguntaba si ya estábamos cerca o cuanto faltaba para llegar.
Después cruzábamos el puente de Barton y
entonces sabía que estábamos a 10 minutos de Old Trafford. Esa era mi rutina de
cada sábado, junto a mi padre, y nunca cambió. Cuando ya veía el Teatro de los
Sueños, mi corazón se aceleraba. Entonces nos estacionábamos e íbamos por algo
para comer.
No soy de las personas que sienten nostalgia
con regularidad, pero me encantaría poder revivir todos esos días, cuando
estaba con todos los aficionados del United. Hay una descarga que te recorre y
quizás la palabra descarga no le hace justicia al sentimiento, pero en ese
momento el fútbol se mete entre tus venas y pasa a ser una parte de tu alma.
Eso recuerdos viven dentro de mí. Si mi padre
hubiera sido fan del City o del Bolton, hubiera ido a esos estadios y cantado
todos sus cánticos. Pero gracias a Dios, fue un aficionado del United.
Desafortunadamente, esa época no fue muchos
éxitos para el United. Crecí en los años 80´s, cuando el Liverpool dominaba el
fútbol inglés. Muchos de mis compañeros de clase le iban al Liverpool, a pesar
de que estábamos más cerca de Old Trafford que de Merseyside, pero los niños
son niños y ellos siempre van a apoyar al equipo que esté en la cima. Por eso,
en el norte, ahora vemos a tantos fans del Chelsea.
En el patio de mi escuela, parecía que
estábamos en Liverpool. Todos los días tenía las mismas discusiones con mis
compañeros.
Yo les decía: "Nuestro estadio está más
grande”.
Y ellos respondían: “Pero, el United quedó
11ero. en la tabla general”.
Luego les decía: “Tenemos a Robson”.
Y ellos me decían: “Pero nosotros ganamos la
liga”.
Esas discusiones podían seguir por horas.
Nunca voy a olvidar la primera vez que fui a
Anfield como jugador del United. Viajamos por la M62 hacía Merseyside y cuando
llegamos al final de la autopista y entramos a las calles, caí en cuenta de que
estábamos en territorio rival. Me sentí claustrofóbico.
Cuando pisé la cancha, me pasó lo mismo, me
sentía como apretado. Es una cancha complicada. Sus fans están encima de ti y
empiezan a insultarte a 40 minutos antes del partido.
Esos son los momentos que extrañas cuando
estás retirado.
Yo solía decir que odiaba al Liverpool, pero
creo que me he suavizado un poco con el tiempo. Ahora creo que es algo más
complicado que el odio.
No importa cuando me lo pregunten, nunca me
arrepentiré de haber celebrado frente a la afición del Liverpool como lo hice
en 2006.
El fútbol son emociones. Humor, decepciones,
alegrías, ansiedad, felicidad compartida, tristeza. El fútbol son todas las
emociones que sientes y experimentas a lo largo de la semana y que se reflejan
en 90 minutos. Para mí, el fútbol es una montaña rusa y muy pocas cosas en la
vida, te dan y permiten vivir todos esos sentimientos.
Les daré un ejemplo de eso.
Cuando ganamos el Triplete en 1999, vi algo que
no creo volver a ver nunca jamás. Íbamos por el centro de Manchester en un
autobús abierto y recuerdo que entre toda la afición vi a un hombre de
aproximadamente mi edad y estaba llorando. Gritaba tan fuerte y con tanta
pasión que a la distancia podía ver como se alzaban las venas de su garganta.
Nunca voy a olvidar como se veía ese hombre.
Tenía casi mi edad, probablemente había
crecido como yo, celoso de los otros y soportando todos los comentarios de sus
compañeros de clase sobre Kenny Dalsglish y la vitrina de trofeos del Liverpool.
Y en ese momento obtuvo su recompensa. Todo el dolor que sintió y todas las burlas
que recibió hicieron que ese triunfo le supiera aún más dulce.
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Imagen vía: Manchester Evening News |
La escena me erizó la piel y fue cuando me dije:
“Ese hombre nunca se volverá a sentir así en su vida”. Me quitó el aliento.
El United y el Liverpool se vienen enfrentado
desde 1894. Cuando el próximo lunes se enfrenten por 197° vez, espero que sea un
partido electrizante y también un poco rudo. Si un jugador anota el gol de la
victoria en el último minuto, espero que celebre junto a sus compañeros y que Klopp
corra como un maniaco. Si no celebran así, estaré muy decepcionado.
La locura y la pasión son la esencia del fútbol.
El Liverpool y el United son muy diferentes y,
aun así, tienen cosas en común. Las dos ciudades tienen a gente muy comprometida,
honesta, trabajadora y que ama el fútbol. La rivalidad es más complicada que el
simple odio.
La gente del Liverpool se vengó de mí, dentro
y afuera de la cancha. A las cuatro semanas de mi festejo, nos eliminaron de la
FA Cup. En una ocasión, unos aficionados rayaron mi auto mientras estaba atorado
en el tráfico a poco más de un kilómetro para llegar a Old Trafford. Hoy en
día, sigo lidiando con eso y hay tan sólo una cosa que nunca aceptaré…
Hay un tipo de leyenda urbana sobre dos
hermanos que, mientras hacían unos trabajos en mi casa, enterraron una bufanda
bajo los mosaicos de la alberca. Es algo que nunca se comprobó… Pero, ¿saben
algo? Ya ni siquiera vivo en esa casa, pero en mi testamento, como última voluntad
pondré que en caso de que lleguen a encontrar esa bufanda, espero que la quemen,
no importa que hayan pasado 100 años.
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