El año del Manchester Rooneyted


Es clave cuando está, y aún más importante cuando no está. Wayne Rooney es el comodín del Manchester United. La carta mágica. Fue el mejor jugador del equipo en una temporada que ha sido negativa por donde se la mire.


La temporada se acaba y es tiempo de balances. Sin dudas, el año futbolístico del equipo ha sido muy malo, con resultados inesperados, derrotas en los clásicos, sorpresas de varios rivales en el mítico Old Trafford, eliminaciones en la FA Cup y Capital One Cup, muy lejos de pelear el título en la Premier League y afuera de la Champions League después de 19 años. Está a la vista que fue la peor temporada de los últimos tiempos.

David Moyes fue el gran responsable de los fracasos deportivos. Tomó un grupo campeón al que nunca le pudo aplicar su sello, su estilo. Todo esto bajo la atenta mirada, y la sombra, de Sir Alex Ferguson, que formó parte de la decisión de su llegada y también de su partida.

Tal vez, el gran acierto de Moyes fue devolverle la confianza a un Rooney que terminó en conflictos con Ferguson. Puso en duda su renovación. Se le veía falto de confianza y jugando en el mediocampo, posición que nunca le gustó. Moyes fue claro en eso, Rooney es delantero, debe jugar cerca del área y del gol.

Rooney a punto de anotar el mejor gol de la temporada desde mitad de cancha ante West Ham 
Ahí fue cuando vimos a Wayne Rooney como nos gusta verlo. Participativo, decisivo, imponente. Con confianza en sí mismo. Goleador. El equipo sabe que él siempre está. Siempre se muestra para recibir, aparece en los momentos claves. Si tiene que alejarse del área para recepcionar, girar y abrir la pelota a los laterales, lo hace. Es polifuncional. ¿Quién no quisiera tenerlo en su plantilla?

Todo el equipo tuvo una temporada mala, no sólo el DT. Se observaron rendimientos muy bajos, errores individuales y colectivos llamativos, falta de liderazgo dentro de la cancha teniendo a jugadores que podrían cumplir ese rol, lesiones, suspensiones y falta de resolución de situaciones. Alcanza con analizar el puesto de lateral derecho, que fue ocupado por Rafael, Fabio, Smalling, Jones y Valencia. Cinco jugadores que no pudieron hacerse dueños de la posición. Así sucedió en todos los sectores del campo, a excepción de David De Gea, que sigue demostrando por qué será el dueño del arco de Old Trafford por mucho tiempo.

Wayne festeja su gol de penal ante Norwich 
En esa confusión interna se jugaban los partidos. El United no pudo repetir la formación inicial en ningún partido. Siempre cambiaba. Pero quien demostró que no tenía reemplazo era Wayne Rooney. En la cancha hace todo. Es polifuncional, el comodín de cualquier técnico. Siempre hace la diferencia de alguna manera. Guardiola dijo sobre él que es uno de los mejores jugadores que ha visto. La frase que mejor lo describe la manifestó Ryan Giggs: “Wayne sigue siendo Wayne, quiere jugar”.

Muy cerca de convertirse en el goleador histórico del club, Rooney demuestra que es tan importante cuando juega, haciendo la diferencia, como cuando no juega. Porque si él no está, el equipo no está. No encuentra otro camino. Se siente perdido, y lo extraña. Es el líder dentro de la cancha. Ante la ida de Vidić y la duda de la continuidad de Evra, para la próxima temporada ya hay un capitán. Con o sin el brazalete. Él siempre está para el equipo. Este no fue el año del Manchester United, fue el año del Manchester Rooneyted.

Por: Alan Jacoby @patojacoby

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About Alan Jacoby

Periodista integral y deportivo. Argentino

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